C’EST NOUS by A.COROT
Hay cosas que no se pueden explicar con palabras, y este cuadro es una de ellas. Cuando pensamos en colaborar con A. Corot, sabíamos que no queríamos un lienzo cualquiera. Queríamos vernos reflejadas a través de sus ojos, traducidas en su lenguaje. Y lo que nació de ese cruce no es solo un cuadro: es una manera de explicar quiénes somos, de la forma más honesta y simbólica posible.
A primera vista parece un bodegón contemporáneo, pero cada elemento cuenta algo de nosotras.
La mesa, como punto de partida. Porque en C’est Nous siempre nos ha gustado parar, pensar, hacer las cosas con sentido. La mesa es ese lugar donde todo ocurre, donde se comparten conversaciones, donde se disfrutan los detalles y donde nacen las ideas.
La copa de vino habla de placer, de disfrute, de vivir el momento. El vino no está ahí por elegancia, sino por el valor de saborear lo cotidiano.
La granada abierta es quizá el corazón del cuadro. Una fruta que solo revela su belleza y fuerza cuando explota, como nosotras cuando dejamos que la intuición y la pasión se derramen en lo que hacemos.
Las salsas sobre la mesa nos recuerdan que nunca somos iguales, que siempre hay una nueva mezcla, una nueva manera de darle nuestro toque. No hay una sola salsa, hay muchas, porque somos versátiles, espontáneas, imprevisibles.
El reloj, suspendido en la pared, señala otra de nuestras obsesiones: el tiempo. Marca dos horas diferentes, porque existe la hora real y existe tu propio ritmo. Y es en esa diferencia donde encontramos espacio para exprimir el día, para jugar con lo espontáneo y para encajar lo que realmente queremos hacer.
Las flores son la belleza efímera. Nos recuerdan que las cosas se disfrutan mientras duran, que lo importante es el presente. Igual que C’est Nous, que vive del ahora, de lo que sentimos y compartimos en este preciso instante.
Y las tres velas somos nosotras. Tres llamas que arden juntas y que representan la esencia de este proyecto compartido.
Mirar este cuadro es como mirarnos en un espejo. En apariencia un bodegón, pero en realidad un mapa íntimo de lo que somos: mujeres curiosas, espontáneas, con ganas de vivirlo todo con intensidad, sin miedo a arriesgar y siempre atentas a la belleza escondida en los detalles.
Este cuadro no es un adorno, es una página más de nuestras memorias. Escrita, esta vez, con pinceladas.
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