BEHIND JE SUIS COMME ÇA
En marzo de 2025 volvimos a casa. Las tres.
Volvimos a nuestros orígenes para dedicar más tiempo a este proyecto, para mirarlo desde dentro y hacerlo crecer de una manera más fuerte, más consciente. Desde entonces han sido meses intensos: viajes, pruebas de materiales, ajustes de diseño, conversaciones eternas. Queríamos que, para el lanzamiento de esta campaña, todo estuviera cuidado al detalle.
Cambiamos nuestra estrategia. Apostamos por colecciones atemporales, por piezas que duren y tengan sentido siempre. Mejoramos la calidad, empezando a producir nuestra propia piel nappa. Nos aseguramos stock, porque esta vez queríamos ir con todo. Crecer poco a poco, pero con firmeza.
En ese camino también aparecieron imprevistos. Uno de ellos fueron los logos.
Para nosotras la marca lo es todo: sutil, simple, pero siempre presente. Nuestro sello. Esta vez queríamos dar un paso más y transformarlo en metal, hacerlo más nuestro. Pero las cosas no salieron como esperábamos. Hubo retrasos, cambios, esperas que parecían no terminar.
Al final entendimos que así es este proceso. Que lo humano y lo imperfecto también forman parte de la belleza de lo que hacemos.
Y después de todo ese recorrido, llegó el momento de contar esta historia en imágenes. La campaña Je Suis Comme Ça.
El escenario no podía ser otro que Marruecos. Allí empezó todo. Fue el país que nos enamoró con su artesanía, su gente y su arte. Allí nació C’est Nous, y allí seguimos trabajando con nuestro taller y con artesanos que hoy sentimos parte de nuestra familia. Volver siempre es emocionante, porque es volver a nuestras raíces.
La casa fue un sueño. Suspendida sobre el océano, parecía esperarnos desde antes. Un lugar que sostenía justo lo que habíamos imaginado, pero que necesitábamos vivir. Allí tomó forma esta campaña: entre el tiempo, la calma y la intención de volver a lo esencial. A lo humano, a lo verdadero.
Julieta llegó un día antes. Paseamos con ella por Marrakech, le enseñamos nuestro primer pequeño taller y conoció a quienes dan vida a cada pieza. Viajamos juntas en coche hasta Taghazout, con la música alta, cantando con las ventanas bajadas, desconectadas del mundo. Al llegar a la casa corrió al balcón, justo sobre el mar, y dijo: “gracias por traerme a la casa más bonita en la que he estado nunca”. Nosotras también estábamos emocionadas. Una vez más, Marruecos nos sorprendía y nos enamoraba aún más.
Álvaro llegó después. Habíamos hablado con él semanas antes, y desde el primer minuto sentimos que ya era uno de los nuestros. Bastaron unas charlas para confirmar lo que intuíamos: cuando trabajas con personas con las que conectas, todo se multiplica. La pasión, las ganas, la creatividad. Fue como trabajar entre amigos, y de eso se trataba.
El día del rodaje el sol pegaba fuerte. Las localizaciones eran muchas: la playa con camellos, el zoco de Agadir, calles escondidas, rincones que guardaban historias. Cada sitio tenía algo que transmitir. Queríamos mostrar la belleza de lo sencillo, lo que pasa casi sin darnos cuenta: el color de las frutas en un mercado, el olor a mar desde la arena, el rugido de una moto vieja contra una pared gastada, la calma de un atardecer en el balcón. Lo cotidiano convertido en algo extraordinario.
Eso es Back to the Roots: Morocco.
La vida en su forma más pura. Autenticidad, imperfección, artesanía. Piezas hechas con manos que no solo trabajan el cuero, sino que cuentan historias. Lo verdadero. Lo humano.
Y como siempre, Marruecos no solo nos dio inspiración, sino también compañía. Nuestros amigos de la costa estuvieron presentes: la moto de Sahla, las recomendaciones de Anouar, Nourdin y Nourdin, y una cena compartida donde brindamos al terminar, todos juntos, celebrando mucho más que una campaña.
Porque lo que se ve en estas fotos no es solo una colección.
Es un recuerdo. Una vivencia. Una declaración sencilla y honesta:
Esto somos. Así somos. Je Suis Comme Ça.

